Hay una variedad de estrategias que podemos emplear para dejar de postergar. A continuación, esbozaré y explicaré cada concepto, y luego les daré algunos ejemplos de estrategia en acción.

Opción 1: Hacer que las recompensas de tomar medidas sean más inmediatas

Si se puede encontrar una manera de hacer más inmediatos los beneficios de las elecciones a largo plazo, entonces se hace más fácil evitar la postergación. Una de las mejores maneras de llevar las recompensas futuras al momento presente es con una estrategia conocida como la vinculación de la tentación.

La vinculación de la tentación es un concepto que surgió de la investigación de la economía del comportamiento realizada por Katy Milkman en la Universidad de Pennsylvania. En pocas palabras, la estrategia sugiere que se combina un comportamiento que es bueno para usted a largo plazo con un comportamiento que se siente bien a corto plazo.

El formato básico es: Sólo haz [COSA QUE AMAS] mientras haces [COSA QUE PROCRASTIAS].

Aquí hay algunos ejemplos comunes de la combinación de tentaciones:

Sólo escucha los audiolibros o podcasts que te gustan mientras haces ejercicio.
Sólo hazte la pedicura mientras procesas los correos electrónicos de trabajo atrasados.
Sólo mira tu programa favorito mientras planchas o haces las tareas domésticas.
Sólo come en tu restaurante favorito cuando hagas tu reunión mensual con un colega difícil.
Este artículo cubre algunos ejercicios específicos que puedes seguir para descubrir cómo crear tentaciones agrupando ideas que funcionen para ti.

Opción 2: Hacer que las consecuencias de la postergación sean más inmediatas

Hay muchas maneras de obligarte a pagar los costos de la postergación más temprano que tarde. Por ejemplo, si se ejercita solo, saltarse el entrenamiento de la semana que viene no afectará mucho a su vida. Tu salud no se deteriorará inmediatamente porque te hayas saltado ese entrenamiento. El costo de postergar el ejercicio sólo se vuelve doloroso después de semanas y meses de conducta perezosa. Sin embargo, si te comprometes a ejercitarte con un amigo a las 7 a.m. del próximo lunes, el costo de saltarse el entrenamiento se hace más inmediato. Si te pierdes esta sesión de ejercicios, te ves como un idiota.

Otra estrategia común es usar un servicio como Stickk para hacer una apuesta. Si no haces lo que dices que vas a hacer, el dinero va a una caridad que odias. La idea aquí es poner algo de piel en el juego y crear una nueva consecuencia que ocurre si no haces el comportamiento ahora mismo.

Opción 3: Diseña tus futuras acciones

Una de las herramientas favoritas de los psicólogos para superar la postergación se llama “dispositivo de compromiso”. Los dispositivos de compromiso pueden ayudarte a dejar de postergar, diseñando tus acciones futuras con anticipación.

Por ejemplo, puedes frenar tus futuros hábitos alimenticios comprando comida en paquetes individuales en vez de en grandes cantidades. Puedes dejar de perder el tiempo en tu teléfono eliminando juegos o aplicaciones de medios sociales. (También puedes bloquearlos en tu computadora).

Del mismo modo, puede reducir la probabilidad de que se produzcan navegaciones sin sentido por los canales escondiendo el televisor en un armario y sacándolo sólo en los días de grandes partidos. Puede solicitar voluntariamente que se le agregue a la lista de prohibiciones en los casinos y en los sitios de apuestas en línea para evitar futuras juergas de juego. Puede crear un fondo de emergencia estableciendo una transferencia automática de fondos a su cuenta de ahorros. Todos estos son ejemplos de dispositivos de compromiso que ayudan a reducir las probabilidades de aplazamiento.

Opción 4: Hacer la tarea más factible

Como ya hemos cubierto, la fricción que causa la postergación suele centrarse en el inicio de un comportamiento. Una vez que comienzas, a menudo es menos doloroso seguir trabajando. Esta es una buena razón para reducir el tamaño de tus hábitos porque si tus hábitos son pequeños y fáciles de empezar, entonces será menos probable que lo pospongas.

Una de mis formas favoritas de hacer los hábitos más fáciles es usar la Regla de los 2 minutos, que dice: “Cuando comiences un nuevo hábito, debe tomarte menos de dos minutos hacerlo”. La idea es hacer lo más fácil posible para empezar y luego confiar en que el impulso te llevará más lejos en la tarea después de empezar. Una vez que empiezas a hacer algo, es más fácil continuar haciéndolo. La Regla de los 2 minutos supera la postergación y la pereza haciendo que sea tan fácil comenzar a tomar medidas que no puedas decir que no.

Otra gran manera de hacer que las tareas sean más alcanzables es descomponerlas. Por ejemplo, consideren la notable productividad del famoso escritor Anthony Trollope. Publicó 47 novelas, 18 obras de no ficción, 12 cuentos cortos, 2 obras de teatro, y un surtido de artículos y cartas. ¿Cómo lo hizo? En lugar de medir su progreso basado en la finalización de capítulos o libros, Trollope midió su progreso en incrementos de 15 minutos. Se fijó una meta de 250 palabras cada 15 minutos y continuó este patrón durante tres horas cada día. Este enfoque le permitía disfrutar de sentimientos de satisfacción y logro cada 15 minutos mientras continuaba trabajando en la gran tarea de escribir un libro.

Hacer que sus tareas sean más alcanzables es importante por dos razones.

Las pequeñas medidas de progreso ayudan a mantener el impulso a largo plazo, lo que significa que es más probable que termine las grandes tareas.
Cuanto más rápido termines una tarea productiva, más rápidamente tu día desarrolla una actitud de productividad y efectividad.
He encontrado este segundo punto, la velocidad con la que completas tu primera tarea del día, de particular importancia para superar la postergación y mantener un alto rendimiento productivo día tras día.