Control de voz

Su voz es la herramienta más importante que utilizará como orador público. Una forma sencilla de mejorar su voz es aprender a respirar completa y profundamente con el diafragma. La respiración diafragmática, o respiración abdominal, es esencial para acceder a su voz más poderosa. Es la técnica que utilizan los cantantes profesionales para hacer que sus voces suenen fabulosas. Les permite mantener notas mucho tiempo después de que la mayoría de las personas se queden sin aliento.

Lenguaje corporal

El lenguaje corporal es la forma en que su cuerpo se comunica sin usar palabras. Es la combinación de expresiones faciales, gestos y movimientos que transmiten lo que está pasando en tu mente. Practica un lenguaje corporal fuerte y seguro para impulsar tu presentación: Párate derecho. Si es físicamente capaz de pararse derecho, asegúrate de estar erguido durante la presentación. Asume la posición de [poder]. Si te sientes estresado antes de tu presentación, tomate un momento para tomar una posición poderosa. Una de las poses de poder más populares es la pose de “superhéroe”: coloque las manos en las caderas, tu barbilla hacia arriba y tu pecho hacia afuera. Se expresivo en la cara.

Tus expresiones faciales deben coincidir con el mensaje que estás transmitiendo. Si estás dando un discurso optimista, trata de tener una expresión relajada y alegre en tu rostro. Si sientes que falta tu presencia en el escenario, ve clips de los oradores que admiras. Trata de imitar partes de su estilo que crees que podrían funcionar para ti. Luego, “finge hasta que lo logres”. En otras palabras, actúa con confianza hasta que te sientas seguro.

Entrega

Incluso si tiene una gran voz y un buen lenguaje corporal, tu mensaje se perderá si la audiencia no puede seguir fácilmente lo que dices. Habla despacio, pero no demasiado despacio. Cuando se trata de hablar en público, hablar a un ritmo de conversación es tu apuesta más segura. Haz una pausa entre ideas. Los grandes oradores públicos a menudo hacen una pausa de dos a tres segundos o incluso más. Una pausa bien colocada le da a la audiencia tiempo para digerir lo que está diciendo. También te hace parecer más seguro y en control. Evita las palabras de relleno. Palabras como “um”, “ah”, “ya sabes” y “me gusta” disminuyen tu credibilidad y distraen la atención de tu mensaje. En su lugar, reemplace estas palabras de relleno con pausas. Articula y pronuncia cuidadosamente tus palabras. Un orador público murmurando es difícil de entender.

Relaciones con la audiencia

Hablar en público es más que estar de pie frente a un grupo y hablar; también necesitas involucrar a su audiencia. Reconoce a tu audiencia tan pronto como subas al escenario. Esto ayuda a que parezca más una persona “real” y mantiene un tono de conversación. Cuando hablas, tienes unos 60 segundos para captar la atención de tu audiencia y cautivarlos antes de que se desconecten. Aprovecha este tiempo para hacer una pregunta retórica que te haga reflexionar, contar una historia cautivadora o compartir una estadística impactante, cualquier cosa que mantenlos intrigados. Encuentra una cara amiga. Seguramente habrá gente amigable en la audiencia. Encuentra a esas personas y finge que estás hablando solo con ellas. Hacer contacto visual. Independientemente del tamaño de su audiencia, intente hacer contacto visual con la mayor cantidad de personas posible. Les hará sentir como si les estuviera hablando directamente.