La postergación es la ruina de la existencia de todo estudiante. Sabemos lo que deberíamos hacer, pero no queremos hacerlo.
Es fácil posponer las tareas indeseables hasta el último minuto, pero entonces nos vemos obligados a pasar la noche en vela inducida por el estrés.
Siete tazas de café más tarde, estamos agotados, frustrados, y entregando una tarea que apenas muestra nuestro mejor trabajo.
Aquí están los mejores consejos para aplastar la procrastinación y dormir un poco por una vez.
Organízate
No puedes hacer ningún trabajo si no sabes qué tareas deben ser completadas.
Invierte en un planificador o empieza a usar la aplicación de calendario de tu teléfono.
Esto hace que sea mucho más fácil llevar un registro de las asignaciones individuales y de las fechas de vencimiento importantes.
¿Necesitas ayuda para comenzar? Mira nuestro video sobre la organización y las habilidades de administración del tiempo!
Establece metas simples y alcanzables
Parte de la razón por la que lo postergamos es porque la tarea que tenemos entre manos parece demasiado desalentadora.
Es mucho más fácil comenzar un proyecto cuando se establecen objetivos simples y alcanzables en lugar de un plan grande y vago.
En lugar de decirte a ti mismo, “Estudiaré biología esta noche”, di, “Estudiaré el capítulo seis esta noche”.
Esto hace que tus objetivos sean menos intimidantes y más alcanzables. Lee este blog sobre cómo abordar tus objetivos para obtener más consejos.
Diseña una línea de tiempo/planificación
Después de establecer tus objetivos, crea una línea de tiempo para completarlos.
Esto podría ser un calendario de estudio para tu gran examen que se aproxima (“El martes, estudiaré el capítulo cinco, y el miércoles, estudiaré el capítulo seis”), o podría ser el trazado de un ensayo que tienes que escribir (“El sábado, escribiré la introducción y la conclusión”).
Dividir una tarea en pequeños trozos con el tiempo la hace mucho más manejable.
Este blog, Cómo administrar tu tiempo como estudiante, puede ser útil para que empieces.
Establece una fecha límite
Mucha gente queda atrapada en el ciclo de “Algún día, organizaré mis notas” o “Llegaré a esa tarea de matemáticas eventualmente”.
La verdad es que “algún día” y “eventualmente” nunca llegan.
Es importante fijar una fecha específica para cuando quieres que se cumplan tus objetivos.
Si tienes una tarea pendiente, apunta a completarla con uno o dos días de anticipación.
De esa manera, si algo inesperado sucede, todavía tienes tiempo extra para completarlo.
Deshazte de las distracciones
Es importante librarse de todas las posibles interrupciones antes de empezar a trabajar para no desviarse innecesariamente a mitad de su tarea.
Si tiendes a pasar demasiado tiempo en Snapchat o Instagram cuando debería estar estudiando, entonces apaga el teléfono (todo el camino).
Las distracciones también pueden ser fuentes externas, como hermanos molestos.
Intenta escuchar música clásica o ruido blanco para ahogar su constante parloteo.
Alternativamente, puedes cambiar de ambiente de estudio y dirigirte a la biblioteca local o a la cafetería, donde puedes aclarar tu mente y estudiar sin distracciones.
Toma el tiempo que necesites
Cuando se carga con tareas, es fácil trabajar demasiado. Además, nuestros cerebros sólo pueden manejar cierta cantidad de información y concentración a la vez.
Así que… ¿cuánto tiempo deberías estudiar? Cada persona es diferente, pero la mayoría de los expertos están de acuerdo en un rango de 50 a 90 minutos.
Pon un temporizador para un bloque de estudio o trabajo enfocado para evitar que se agote.
Usa incentivos
A todo el mundo le encanta ser recompensado.
Es importante darse a sí mismo incentivos, no importa cuán pequeños sean. Podría ser algo tan simple como: “Si trabajo en esta tarea durante una hora, veré un episodio de mi programa de TV favorito esta noche”.
O podría ser una meta más grande como, “Si saco una A en matemáticas este semestre, iré a mi restaurante favorito”.
Es más fácil prestar atención cuando algo está en juego.
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