¿Los líderes nacen o se hacen? Es una pregunta muy importante, especialmente para aquellos que aspiran a dirigir equipos o empresas, o tal vez ser la cara de un movimiento, o ayudar a otros a alcanzar el éxito.
¡Nunca dejes que nadie te diga que no naciste para ser líder!
Algunos creen que los verdaderos líderes nacen de esa manera: individuos naturalmente carismáticos, influyentes e inspiradores que están destinados a dejar una huella. Ciertas personas pueden estar predispuestas naturalmente al liderazgo, al igual que están predispuestas naturalmente al atletismo o la música.
Sin embargo, también es absolutamente posible cultivar las características y habilidades necesarias para llamarse a sí mismo líder. Como dijo una vez el legendario entrenador de fútbol americano Vince Lombardi: “Los líderes no nacen, se hacen. Y se hacen como cualquier otra cosa, a través del trabajo duro.”
Así que, si naciste con la habilidad para liderar o si no, si quieres ser un líder vas a tener que trabajar para desarrollar y refinar las características de liderazgo.
Los verdaderos líderes tienen la capacidad de desarrollar una gran visión, una que inspire y motive a su equipo, y convertirla en realidad. Esto requiere no sólo la pasión por la visión, sino la claridad para comunicarla y la inteligencia y experiencia necesarias para ejecutarla.
Como líder de un equipo, usted asume la responsabilidad no sólo por usted mismo y su trabajo, sino también por el trabajo, la actitud y los logros de los demás.
Esto no es una hazaña pequeña; estás dando un paso adelante para asegurarte de que no sólo mostrarás a tu equipo dónde ir y qué hacer, sino que también les animarás, responderás a sus preguntas, harás un seguimiento de sus progresos y les darás motivación. ¿Por qué? Porque el éxito de ellos es tu éxito y el fracaso de ellos es también tuyo.
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